[publicidad] ...y Dios creó la publicidad para amortizar su creación; y vio que era bueno.

Imaginad el futuro, imaginad cómo funcionará dotado de sus modificadas características tecnológicas y su moderno estilo de vida. En los libros de Historia tal vez se hable de una era de avances, civilización y democracia. Se hablará de esta época como la precursora del bienestar que acontecerá, mas no me fiaría de un medio que contará con patrocinadores. No falta ni una coma: los libros de Historia vendrán con publicidad, grandes intereses propiciando una cultura conveniente para un propicio interés. Y para enmascarar el sistema dictatorial sutil que practica la cada vez más inmisericorde publicidad en el siglo en curso, habrá que vender no sólo productos sino ideas y personas que muevan hilos muy gruesos, aunque sea por la visión romántica de dotar de nombre, cara y caricatura a los dirigentes. La gente que piensa que ya no existen dictaduras en el mundo [y en los barrios colindantes] anda, a mi parecer, bastante descaminada, ya que la publicidad es la dictadora del siglo XXI.

Claro está, existen diferencias que impiden llamarlo así, pero a fin de cuentas es lo mismo. La publicidad tiene ojos y encuestas, es omnipresente, no te fuerza pero te sugiere con astucia, mueve las piezas necesarias para crear necesidades, te hace creer que vives en un mundo perfecto [o el que quieras imaginar] y que todo irá bien mientras el sistema que se ha establecido funcione como un reloj. Ante esto convendría una revolución, empezando por la cultural y moral; corremos el riesgo de involucionar y llegar al extremo de cagar para dentro.

Que sirva como ejemplo la campaña de una conocida marca de ropa [cuyo nombre no pienso promocionar gratis] que pretende ir de comprometida por el mundo con el tema del calentamiento global. Imágenes más o menos ingeniosas de un mundo sumergido o de climas alterados, donde vemos el sentido positivo de la vida [por qué no?]; eso sí, no se ha hecho por compromiso social ni mucho menos, ya que quitando un par de direcciones para quedar bien lucen unos modelos guapetones que se hacen limonada con el maravilloso apocalipsis cítrico. Me provocaría casi el mismo efecto si de fondo les ponen etíopes agonizantes y usan de lema "paremos el hambre". Pura hipocresía, cebo perfecto para gran parte de la clientela que hasta llegará a casa pagada de sí misma al haber contribuido a salvar al planeta, no porque lleve 5bolsas de ropa que no necesita sino porque dichas bolsas son de papel reciclado.




O la campaña de una operadora de internet que prostituye sin reparos los sentimientos positivos en beneficio propio, promulgando amor y clavando el cuchillo en el bolsillo, aprovechándose de un movimiento que regala abrazos a cambio de la felicidad más gratuita. No contentos con esta campaña comparable por ejemplo a los mil usos de la efigie del Ché [que me perdonen quienes no se hayan molestado en indagar quién es el tío que llevan en la camiseta, NO HAY DISCOS DEL CHÉ] se autoproclaman los favoritos y esperando que la inercia lleve a los descarriados hacia el sentido común: si a todos les gusta, es mejor. Pues no lo tengo claro, a todo el mundo le gustaba Operación Triunfo y es una puta mierda. Y la lista de campañas amorales, demagogas, desleales y dictatoriales es interminable, dispuestas como partidos políticos multinacionales que se reparten un puesto de poder sobre nuestras vidas cotidianas.

[continuará]